domingo, 27 de septiembre de 2009

PANTOMIMA DE OTOÑO


PANTOMIMA DE OTOÑO

Brazos en alto
apuntas al desdén
rasgando el cielo
con toda tu lancería.

Victorioso
como un ejército
de picas en Flandes,
obligas a la savia
a rendirse sin condiciones
y a entregar las llaves
de mi alma.

Y allá por donde
pasas, con espada
y jubón canario,
vas cubriendo el suelo
de la batalla
con la más exquisita
y seductora lencería.


Autor Custodio Tejada

sábado, 26 de septiembre de 2009

ELEGÍA

ELEGÍA


Brotando de una rosa roja
una gota de sangre blanca
y una espina
que se hunde
en lo más hondo de mis entrañas.
Y un duro sol que no calienta
sobre un cielo negro oportunamente
vestido para la ocasión
de puñalada. Saliendo de una rosa roja
una oruga tarambana
borracha de olor y cielo,
dibujando en la mañana
un gemido de terciopelo.

Después de tanto correr
la vida me fue alcanzando
tan despacio,
que cuando quise darme cuenta
de lo que estaba pasando,
ya no había rosa
ni oruga ni sol ni nada,
ya no había gota de sangre,
sólo un vago rumor
de puñalada.


Autor Custodio Tejada

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La poesía - Abril - El viaje definitivo. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

La poesía – Abril – El viaje definitivo, JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



LA POESÍA

Vino, primero, pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.

Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica,
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

De Eternidades, JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


ABRIL

Se vistió la nieve
de vagos carmines.
¿Me quieres?, me dijo.
¡Te quiero!, le dije.

Me besó la boca
con un beso inmenso.
Abril vino al mundo
y yo quedé muerto.

De Arte Menor, JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



EL VIAJE DEFINITIVO

…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando;
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.


De Poemas Agrestes, JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

martes, 22 de septiembre de 2009

FÚTBOL Y POESÍA: UN TÁNDEM PERFECTO

FÚTBOL Y POESÍA: UN TÁNDEM PERFECTO


Hagamos memoria. Abrid la poesía épica del fútbol por la página que queráis. Recordemos a Paco Gento corriendo por la banda igual que un verso libre. Imaginemos el gol de Zarra repitiendo una y otra vez la rima de un soneto. Ver jugar a Di Stéfano nos produce la misma adrenalina que leer a Charles Baudelaire o Arthur Rimbaud. Cerremos por un momento los ojos y toquemos con las yemas de los dedos la métrica de los pases medidos y los chutes a puerta de Puskás. Contemplemos toda la belleza de Budapest concentrada en un pase mágico. O Rey Pelé bailando samba encima de un diccionario sembrado de césped. Diego Armando Maradona y la mano de Dios hecha carne de metáfora, hecha cuento de Borges. Johan Cruyff y sus botas de Pitágoras regateando un jardín de tulipanes, Cruyff y Hölderlin frente a frente, uno y otro hablando el mismo idioma con diferentes lenguajes, escribiendo las mismas estrofas, uno con palabras, el otro con las botas, fútbol total versus poesía total, idéntica obra. Y a su lado Franz Beckenbauer, el Kaiser, un versátil Horacio del balompié que convirtió el parnaso en un estadio de fútbol. Zinedine Zidane “Zizou” recitando el baile de los cisnes como un antiguo trovador de la Provenza acompañado de otro juglar del balón, Michel Platini. El divino Roberto Baggio, heredero de Petrarca. O Lev Yashin, la araña negra que tejía versos con sus manos, versos como hilos de oro en los que detenía el tiempo, paradas en las que describía el olimpo de los dioses, la gloria del triunfo, el suspense sublime del guardameta. Todos nos dejaron un arte escrito con mayúsculas, un arte escrito con goles, con pases, con paradas y lanzamientos, con jugadas celestiales.

¿Quién ha dicho que el fútbol no es poesía, no es belleza hecha verso, poesía escrita con un puntapié certero que se convierte en la rima de un gol que se expande como el eco? El fútbol está lleno de páginas escritas con los mejores poemas visuales, con la magia de todas las musas. ¿Quién no ha sentido la lírica del gol en sus venas? ¿Quién no ha medido las silabas que tiene un segundo durante noventa minutos o durante la eternidad que dura un penalti? Cada gol es un poema hecho coreografía, hecho baile de letras y suspiros, una sinfonía de cítaras que nos adelanta el descanso del cielo y la gloria de los héroes. Cada Eurocopa es un libro editado con los mejores poemas, cada mundial es una antología escrita por los mejores vates del balompié, el mejor festival de poesía que se puede ver, que se puede soñar.

¿Acaso cuando el niño Torres corre y toca la pelota no suena igual que un poema recitado por el mismísimo Shakespeare. Acaso un gol de Villa no es la mejor metáfora para comprender el uni-verso sobre el que se sustenta la creación. Acaso un pase de Iniesta, de Capdevila, de Fábregas, de Silva, de Senna, de Xavi… no explican mejor la poesía de la física cuántica con una pelota que es capaz de estar en varios sitios al mismo tiempo. Acaso una parada de Casillas no conmueve igual que los versos espirituales de San Juan de la Cruz. Acaso el vuelo para detener una pelota que va por la escuadra no nos recuerdan las levitaciones de Santa Teresa. Acaso Villa no compuso, con un had trick frente a Rusia en la Eurocopa que nos hicimos campeones, uno de los más bellos haikus jamás escrito, emulando así al maestro sublime Matsuo Basho? Cuando chutan a portería Villa o Torres en sus botas golpea la Generación entera del 27 y el Siglo de Oro al completo. Hasta Quevedo y Góngora aplauden juntos y se ponen de acuerdo. El Guaje Villa, por derecho propio, como héroe y trovador de su gesta, se ha convertido en el cantor de su pueblo, en el poeta de su gente, en la voz sonora y absoluta de su patria. Porque el fútbol, igual que la poesía, nos redime de una existencia monótona y vulgar.

Y si al final, después de todos los sufrimientos y satisfacciones, se repite el canto épico de 1964 ganando de nuevo la Eurocopa de fútbol, compondremos un nuevo Himno deportivo, y entonces la locura se tornará genialidad, el delirio dará paso a la mística, el éxtasis colectivo abrirá de par en par las puertas de la gloria, y el nirvana épico invadirá cada glóbulo rojo y amarillo de un pueblo que lo último que pierde es su esperanza. Millones de corazones latiendo al unísono, en el mismo compás. Millones de gargantas afinadas con el mismo diapasón, con la misma rima consonante: ¡gol! ¡gol! ¡goooooool! Millones de sonrisas atiborradas de sueños. Y ganamos la Eurocopa, y ganamos el Mundial, y otra vez ganamos la Eurocopa... El sueño continúa. La poesía es un sueño del que jamás despiertas, el fútbol es poesía hecha sueño.

Para alguien quizá todo lo dicho sea excesivo, pero la poesía y el fútbol por encima de todo es exceso y sensibilidad, es magia y locura, delirio. Fútbol y Poesía: un tándem perfecto. Todo pasión, todo sentimiento.




Autor Custodio Tejada

BIOGRAFÍA

BIOGRAFÍA


Custodio tejada

De Purullena (Granada) 1969. Es diplomado en Profesorado de Educación General Básica por la Universidad de Granada, con las especialidades de Ciencias Sociales y Educación Física. En la actualidad vive en Guadix y ejerce como docente. Pintor y poeta, ha publicado varios libros de poesía: “Rosas de luz y sombra” (2002), “Urna de cristal” (2006), “El hábitat que pisamos” (2008) y Cigüeña de nieve (2012). También ha aparecido en diversas antologías poéticas, digitales o en papel, como 50 Voces (Granada, 2005), Antología Certamen Miguel Ruiz del Castillo (Almuñécar, 2004) y El Oro líquido, antología dirigida por José Antonio Santano (Madrid 2008). En posesión de diversos premios y menciones, colabora en revistas literarias y medios de prensa.

domingo, 20 de septiembre de 2009

BENDITA CERVEZA, ELIXIR DEL VERANO



BENDITA CERVEZA: ELIXIR DEL VERANO

No hay nada mejor para mitigar las calores del verano (que ahora acaba) como la cerveza o el gazpacho, aceptaremos también el tinto de verano como liquido sagrado del estío. Pero donde se ponga la cerveza fresquita, con su marítima espuma y rubia como el sol... ¡DICHOSO RINCÓN MÁGICO CONVERTIDO EN POESÍA REFRESCANTE! Y además rejuvenece gracias a sus antioxidantes divinos. No hay nada como beberla en verano, en invierno ya no es exactamente lo mismo. Para el invierno, el vino tinto. Querida cerveza, cuídate y ¡hasta pronto! Si Dios quiere volveremos a vernos.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Las moscas, ANTONIO MACHADO

LAS MOSCAS (XLVIII)








Vosotras, las familiares,
inevitables, golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela

__que todo es volar__, sonoras,
rebotando en los cristales
en los días otoñales…
moscas de todas las horas,

de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia
que da en no creer en nada,

de siempre… Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado

sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas;
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.



De “Soledades. (Humorismos, fantasías, apuntes)” de ANTONIO MACHADO

(XLIV)
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

(XXIX)
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

De “Campos de Castilla. (Proverbios y cantares)”, ANTONIO MACHADO



jueves, 17 de septiembre de 2009

IMPRESIONES SOBRE UN VIAJE

IMPRESIONES SOBRE UN VIAJE

(A Federico García Lorca y a todos los escritores y artistas perseguidos por cualquier tipo de fanatismo.)


De Cádiz a Granada
pasando por Dos Hermanas:

marrones íntimos
entre soles amarillos
que piden a gritos venganza.

Sienas tostados
que ponen en jaque
cualquier tipo de esperanza,

e ilusiones de una buena tierra
siglo tras siglo
desvencijada.

Y sombras tristes, y verdes muertos,
verdes que suenan con el levante
a puñalada.

Verdes agrios,
verdes regados con sangre
de un Lorca prisionero en sus entrañas.

Y sombras altas
bajo el tórrido verano
rico en sueños y pobre en agua.

Y a lo lejos, en la trágica parada,
apenas como un lamento,
como un mar de penas calladas,

se yerguen ufanas
las últimas manchas blancas
de Sierra Nevada.


Autor Custodio Tejada

domingo, 13 de septiembre de 2009

DESNUDO

DESNUDO

Se rompen las hebillas
los botones se desabrochan
se abren las cremalleras
las costuras se deshilachan
se destejen los tejidos
el maquillaje se limpia
la piel se transparenta
aflora el alma,
la desnudez triunfa.
¡La pasión estalla!

Autor Custodio Tejada

miércoles, 9 de septiembre de 2009

CAMBIO CLIMÁTICO


CAMBIO CLIMÁTICO


En plenas navidades de 2004 un maremoto de órdago arrasó las costas del sudeste asiático y levantó olas de solidaridad en todos los gobiernos y países del planeta. Los periodistas dieron sobrada cobertura de las donaciones y también del desastre. Todo el mundo se estremeció y se sintió un poco más vulnerable. Aquella desgracia momentáneamente nos despertó de nuestro cómodo letargo; una comodidad que presume de tenerlo todo controlado cuando en realidad no es así. Por todo el planeta aumentan los desastres naturales y en consecuencia las desgracias humanas. Deforestaciones masivas, incendios de bosques, contaminación atmosférica, destrucción de la capa de ozono y un largo etecétera.
La Tierra se recalienta. Según los científicos dentro de setenta años la temperatura de la Tierra aumentará seis grados y el nivel del mar subirá cerca de un metro. El cambio climático sigue su curso entre polémicas interesadas y pueriles de los estados y una más que preocupante falta de concienciación de la sociedad en general. Los gobiernos más que perseguir el bien común de todo el planeta buscan privilegios colonialistas, rentabilidades económicas y ventajas militares. Nada ni nadie (ni siquiera el sentido común) parecen poner de acuerdo a los máximos dirigentes del planeta. De una u otra manera todos usan el cambio climático como un as en la manga para esconder otras intenciones. Parece que el interés común de toda la Humanidad es un interés demasiado general como para poner de acuerdo a esta jaula de grillos. Según predicciones el océano Ártico perderá gran parte de su hielo. Groenlandia, año tras año, reducirá su tamaño. El agujero de la capa de ozono sigue aumentando igual que la radiación ultravioleta. Muchas especies animales se extinguirán dramáticamente sin que los responsables políticos de medio ambiente se den por aludidos y mucho menos por responsables. En España también se notan sus efectos, aunque aquí no es el tema que más nos preocupa. El cambio climático es un fenómeno global que no debería dejar a nadie con los brazos cruzados o por lo menos con la voz silenciada. Es mucho lo que está en juego aunque nuestro egoísmo contemporáneo nos tenga cegados. Lo único que nos quita el sueño es el estado del bienestar y la cotización en bolsa de nuestras empresas, aunque últimamente el euríbor se ha colado con fuerza en la agenda de nuestras preocupaciones más urgentes lo mismo que el paro. Nos estamos empezando a dar cuenta de que también existen los terremotos financieros y que nuestro sistema no es tan seguro como pensábamos. La salud del planeta y el medioambiente nos preocupa sólo de vez en cuando.
Las generaciones actuales vivimos demasiado pendientes del hoy. Nuestro egoísmo contemporáneo nos está haciendo olvidar la importancia que tienen el ayer y el mañana. Lo único que parece importarnos es nuestra cuenta corriente y el bienestar inmediato más que el futuro de la especie o la salud de la Tierra. La naturaleza se está cansando del terrorismo ecológico de la especie humana. Y aunque todos coincidimos en las encuestas que lo más importante es la salud, a la hora de la verdad no estamos dispuestos a sacrificarnos por ella. La salud del planeta, que al fin y al cabo es también la nuestra, nos necesita a todos hoy más que nunca, con crisis económica o sin ella.
Kioto no es el grito de ataque de una nueva arte marcial inventada en Japón o en la ONU, Kioto no es la marca de un nuevo electrodoméstico que nos ofrece una nueva comodidad en el hogar ni un nuevo modelo de telefonía móvil, el Pacto de Kioto es la última (o la penúltima por ser optimista) posibilidad de preservar el planeta de un cambio climático de consecuencias imprevisibles y nada halagüeñas. Un cambio que se puede detener o paliar si controlamos la contaminación de ciertos gases y su destructivo efecto invernadero.
La polución en las ciudades está convirtiendo el hábitat urbano en un venenoso retiro, en un paraíso del progreso suicida. Los coches envenenan las calles de nuestras ciudades. Nuestras aguas, aunque las llamamos potables, cada día tienen peor calidad y son más nocivas. La basura, nuclear o cotidiana, lo invade todo con sus tentáculos contaminantes.
Mientras los científicos consideran que los gases industriales son una peligrosa amenaza para el mundo entero, muchos dirigentes políticos se niegan a firmar el Protocolo de Kioto. Y algunos aunque lo firman luego no lo cumplen. Eso sí, presidentes de todos los rincones del planeta han sido rodeados de flashes y periodistas en el sudeste asiático como si fueran grandes estrellas de Hollywood. Hay que salir en la foto a toda costa. En esta época que nos ha tocado vivir los países donantes tienen que rentabilizar la solidaridad en votos; o sea, en fotos. Así que la foto es lo más importante, tanto o más que el donativo, mucho más incluso. Por que esas fotos son catapultas electorales. Todo se está convirtiendo en un circo mediático. La solidaridad también se ha convertido en un negocio, y bastante rentable por cierto. Puede que cambien los gobernantes, pero hoy por hoy el poder no deja mucho espacio para el cambio que el planeta necesita. También los famosos se han subido al carro del marketing y la publicidad que ofrece el “reality show” de la solidaridad y la ayuda a los más desfavorecidos. Todo sea por la audiencia, todo sea por la fama, todo sea por la pasta. Y si además desgrava mucho mejor.
La humanidad contemporánea está actuando como una auténtica marabunta con el planeta, con el universo y con su prójimo. Agotando acuíferos, deforestando sin control, extinguiendo especies... A la opinión pública de occidente sólo le preocupa su bienestar actual. Con la revolución industrial ha cambiado la composición atmosférica y aparecen sus peligrosas consecuencias de efecto invernadero. Las diatomeas (diminutos organismos acuáticos unicelulares que flotan en el mar y que nos regalan el oxígeno) por exceso de insecticidas y demás impurezas contaminantes que van a parar a los océanos están en peligro. Nuestra alimentación es cada vez más artificial, menos ecológica, menos sana. La locura por construir embalses está variando el nivel freático. Estamos convirtiendo los ríos en vertederos incontrolados de nuestros desperdicios. Estamos llamando progreso a unas acciones que sólo contribuyen a destruir antes de tiempo nuestro hermoso planeta.
El equilibrio de la naturaleza se rompe más por causa incontrolada e irresponsable del hombre que por la propia evolución del planeta. Y ese desequilibrio nos trae consecuencias por ahora simplemente desconocidas, pero seguro que nada halagüeñas. Y no pretendo ser catastrofista. Pero todos sin excepción deberíamos reflexionar de una manera seria sobre el tema.
Gran parte de los componentes de la basura son tóxicos. Nuestras plantas de reciclaje no dan abasto y se amontonan toneladas de materias a la espera del juicio final que de nuevo las resuciten para el consumo y seguir así dándoles vueltas al círculo vicioso del consumismo más voraz. Desechos agrícolas contaminados con plaguicidas. La quema de plásticos y otros residuos altamente contaminantes. Los incendios forestales. La destrucción o sobreexplotación de nuestros bosques. Frigoríficos y aceites industriales arrojados en ramblas y en el cauce de los ríos. El derroche de agua y energía eléctrica en los hogares... ¿Realmente respetamos el Medio Ambiente cada uno de nosotros en nuestra esfera particular? ¿O lo dejamos todo para que lo arreglen los gobiernos y los altos directivos de las grandes empresas? Todos podemos colaborar con más ahínco en la conservación y protección del medio ambiente. Por supuesto que sí. Pero no nos engañemos, quienes tienen la ineludible responsabilidad son los estados, los gobiernos de esos estados, las industrias contaminantes y un modelo de desarrollo equivocado. El pueblo no puede ser la coartada de nadie lo mismo que tampoco puede serla el trabajo. Por el trabajo no se pueden justificar las guerras o la venta de armas ni tampoco la contaminación del planeta.
Huracanes, inundaciones, terremotos, maremotos, olas de frío y nieve, olas de calor, el Niño, la Niña, la madre que nos parió... La humanidad debe reflexionar sobre el uso y el abuso que hace de los recursos naturales. Por el camino que conducimos el progreso y el llamado estado de bienestar occidental que se pretende implantar como modelo mundial de desarrollo sostenible sólo nos conduce al desastre medioambiental, al apocalipsis, a una parálisis histórica sin precedentes. Buscar el equilibrio entre progreso y cuidado de la naturaleza es la única vía para un futuro del hombre en armonía con el medio y en paz consigo mismo. Pero este análisis no debe ser motivo de pesimismo, antes al contrario. Debemos confiar en el futuro y en la sensatez de la raza humana, aunque la experiencia nos haga dudar a veces. Pero mientras los buenos deseos se hacen realidad que la madre naturaleza y el devenir cósmico nos den su bendición “Urbi et orbi” y que los gases de efecto invernadero, dióxido de carbono incluido, nos dejen disfrutar de nuestro hermoso hábitat terrícola. Yo, así lo espero.



Autor Custodio Tejada

lunes, 7 de septiembre de 2009

LATIDOS (Pintura)


Colección "LATIDOS", Pintura de Custodio Tejada
Acrílico sobre tabla o tela