lunes, 31 de agosto de 2009

MI ARMADA INVENCIBLE


MI ARMADA INVENCIBLE

Avanzaban mis barcos en tu carne
como una armada invencible
hacia la victoria final
hasta que una tormenta de placer
convulsionó mis sienes.
Fue entonces cuando los elementos
hundieron mis naves en el naufragio.
Toda tu piel
se cubrió con mis despojos
y sólo el humo del cigarrillo
parecía estar enterado
de mi derrota.

Autor Custodio Tejada

sábado, 29 de agosto de 2009

¡HABEMUS COCINA!

¡ HABEMUS COCINA ¡

¡Fuera complejos! (si es que alguno nos queda). ¡Abrid alacenas y orzas! ¡Comed ese queso en aceite que guardáis como un tesoro! Brindad con un buen caldo de la Alpujarra o del Valle del Alhama en la zona de Guadix , por mencionar algunos de nuestros viñedos más cercanos . ¡Celebrad que “habemus cocina”! Por fin, los doctos paladares internacionales hacen justicia y premian, con la cuchara de plata (de la prestigiosa revista culinaria Food Arts), a Ferrán Adriá y Juan Mari Arzak, dos maestros-genios de la cocina de autor o de vanguardia, dos de los chefs españoles con mayor proyección internacional.

Sin quitarles ni una pizca de protagonismo a estos artistas de la cocina moderna española, quiero aprovechar esta buena noticia para homenajear también a todas nuestras abuelas, que sin ruido y casi sin reconocimiento, han sabido transmitirnos de viva voz y con la cuchara de palo en la mano una de las mejores gastronomías tradicionales del mundo en variedad y calidad. ¿Qué serían nuestras fiestas y celebraciones sin sus recetas? ¿Qué tristeza reinaría en nuestras mesas si no hubiesen creado esos nutritivos guisos, esos deliciosos postres...? ¿Cómo habríamos soportado los fríos del invierno o los calores del verano de no haber sido por el ingenio de nuestras abuelas y sus perolas? Un brindis por nuestras abuelas y sus dotes culinarias.

Desde el plato alpujarreño hasta las patatas a lo pobre (que también gustan a los ricos), pasando por las migas con melón, o las gachas con arenques, boquerones y tocino frito. O la tortilla de patatas, o de collejas, o del Sacromonte... Ave María Purísima que la buena digestión sea concebida. ¿Y el puchero de hinojos?, ¿qué? ¡Para reventar! Espero que cuando estén leyendo este artículo no sea la hora de comer porque vaya condena les ha caído, peor que los perros de Paulov. Y no hablemos ya del gazpacho, la paella, unas gachas y unas migas, la fabada, el salmorejo o porra antequerana, el cocido, unas tarbinas, el choto al ajillo... ¡Ay Dios mío! Y mil platos más que están para chuparse los dedos y alcanzar el arrebato. ¿Acaso no merece esta cocina un lugar destacado en los altares del más selecto gourmet? ¿Acaso no merecen estos platos más empresarios que apuesten con sus restaurantes por la rica y sabrosa cocina casera española? ¿Acaso no deberíamos promocionar más este tipo de cocina entre los millones de turistas que nos visitan? ¿Acaso no deberíamos exportar con más ahínco al extranjero este gran tesoro?


Aunque es curioso que teniendo una de las cocinas caseras más rica y sana del mundo, como es nuestra cocina mediterránea, los hábitos alimenticios de los españoles cada día están más por la comida rápida o basura. Nuestro reloj cada vez tiene menos tiempo para guisar y para comer. La comodidad y la pereza de la comida precocinada nos puede. Y confundimos la calidad de vida con el número de electrodomésticos que tenemos en casa (o con la marca del coche por poner otro ejemplo), aunque para ello tengamos que comer como los pavos y trabajar como los burros.
Desde la cocina también se puede reivindicar un NO rotundo al racismo y la xenofobia. ¡Bravo por los restaurantes chinos, japoneses, mejicanos, marroquíes, argentinos, italianos... que nos hacen más llevadero el día libre! ¡Viva el turismo gastronómico! Un país no se conoce bien hasta que no se le come. En la mesa los sabores, los olores, las presentaciones de los platos... nos hablan de las costumbres y la sabiduría de un pueblo, de una historia, de unas gentes. Abramos nuestro paladar al mundo, dejemos que nos seduzca el cosmopolitismo de una globalización justa y sana en todos los sentidos y para todas las culturas, razas, gastronomías, continentes, países, religiones, clases sociales... unidos todos por igual entorno a la mesa redonda del Chef Arturo. ¿Será esto posible algún día? Por lo pronto; ¡hoy dejadme soñar mientras me relamo! Y feliz digestión.



Autor Custodio Tejada








viernes, 28 de agosto de 2009

martes, 25 de agosto de 2009

Coplas por la muerte de su padre, JORGE MANRIQUE



COPLAS POR LA MUERTE DE SU PADRE

“Entre los poetas míos
tiene Manrique un altar.”
Antonio Machado

I
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

VIII
Ved de cuan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.

XIII
Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desde que vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

XIV
Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,
así los trata la Muerte
como a los pobre pastores
de ganados.

XV
Dejemos a los troyanos,
que sus males no los vimos,
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos
sus historias;
no curemos de saber
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
qué león!

XXXVIII
No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.

De “Coplas por la muerte de su padre” JORGE MANRIQUE

viernes, 21 de agosto de 2009

RINCONES MÁGICOS I (subida al Mulhacén)









RINCONES MÁGICOS I (Subida al Mulhacén)

En esta sección vamos a encontrar lugares mágicos que rebosan encanto y transmiten hermosas sensaciones. Imágenes que son poemas, auténticos paraísos para los sentidos. Déjate guiar por la contemplación y disfruta. Y si puedes, visítalos. (Autor de las fotografías Custodio Tejada)

miércoles, 19 de agosto de 2009

ÉXTASIS

ÉXTASIS

Amanecer
echado el uno
junto al otro,
fruto y frío,
como si de una helada
en abril se tratase.
Amanecer
abrazados el uno al otro,
formando un monasterio
de paz y recogimiento,
igual que un refugio
de levitación y éxtasis.

Autor Custodio Tejada

lunes, 17 de agosto de 2009

A LA HORA DEL TÉ



A LA HORA DEL TÉ

Era la hora del té
y la bañera
adoptó forma de taza,
inmenso estanque de cisnes
en el que tú y yo
sobrepasamos las leyes aciagas
de la naturaleza
transubstanciándonos
el uno en el otro
como si todo fuera una sinfónica infusión
de Tschaikowsky.

Autor Custodio Tejada

sábado, 15 de agosto de 2009

Para quién escribo, VICENTE ALEIXANDRE


PARA QUIÉN ESCRIBO

I

¿Para quién escribo?, me preguntaba el cronista, el
periodista o simplemente el curioso.

No escribo para el señor de la estirada chaqueta, ni para su
bigote enfadado, ni siquiera para su alzado índice
admonitorio entre las tristes ondas de música.

Tampoco para el carruaje, ni para su ocultada señora
(entre vidrios, como un rayo frío, el brillo de los
impertinentes).

Escribo acaso para los que no me leen. Esa mujer que
corre por la calle como si fuera a abrir las puertas a
la aurora.

O ese viejo, que se aduerme en el banco de esa plaza
chiquita, mientras el sol poniente con amor le toma,
le rodea y le deslíe suavemente en sus luces.

Para todos los que no me leen, los que no se cuidan de mí,
pero de mí se cuidan (aunque me ignoren).

Esa niña que al pasar me mira, compañera de mi aventura,
viviendo en el mundo.

Y esa vieja que sentada a su puerta ha visto vida, paridora
de muchas vida, y manos cansadas.

Escribo para el enamorado; para el que pasó con su
angustia en los ojos; para el que le oyó; para el que
al pasar no miró; para el que finalmente cayó cuando
preguntó y no le oyeron.

Para todos escribo. Para los que no me leen sobre todo
escribo. Uno a uno, y la muchedumbre. Y para los
pechos y para las bocas y para los oídos donde, sin
oírme,
está mi palabra.


II

Pero escribo también para el asesino. Para el que con los
ojos cerrados se arrojó sobre un pecho y comió
muerte y se alimentó, y se levantó enloquecido.

Para el que se irguió como torre de indignación, y se
desplomó sobre el mundo.

Y para las mujeres muertas y para los niños muertos, y
para los hombres agonizantes.

Y para el que sigilosamente abrió las llaves del gas y la
ciudad entera pereció, y amaneció un montón de
cadáveres.

Y para la muchacha inocente, con su sonrisa, su corazón,
su tierna medalla, y por allí pasó un ejército de
depredadores.

Y para el ejército de depredadores, que en una galopada
final fue a hundirse en las aguas.

Y para esas aguas, para el mar infinito.

Oh, no para el infinito. Para el finito mar, con su
limitación casi humana, como un pecho vivido.

(Un niño ahora entra, un niño se baña, y el mar, el corazón
del mar, está en ese pulso.)

Y para la mirada final, para la limitadísima Mirada Final,
en cuyo seno alguien duerme.

Todos duermen. El asesino y el injusticiado, el regulador y
el naciente, el finado y el húmedo, el seco de
voluntad y el híspido como torre.

Para el amenazador y el amenazado, para el bueno y el
triste, para la voz sin materia
Y para toda la materia del mundo.

Para ti, hombre sin deificación que, sin quererlas mirar,
estás leyendo estas letras.

Para ti y todo lo que en ti vive,
yo estoy escribiendo.


Del libro “En un vasto dominio” de VICENTE ALEIXANDRE

martes, 11 de agosto de 2009

LEER ES VIVIR



LEER ES VIVIR

La lectura nos abre y nos cierra muchas puertas. La lectura es la puerta del saber y también del engaño. La lectura nos enriquece, nos configura y nos ayuda a ser momentáneamente felices. Por ello, quien regala un libro regala libertad, gozo y también sabiduría, valores que estorban y no convienen en estos tiempos difíciles y sibilinos que nos está tocando vivir. Y la sabiduría es la mejor puerta para conocerse a uno mismo y alcanzar la piedra filosofal de la Justicia. Pero la lectura no se puede convertir en una obsesión ni en una manía. Ante todo es un placer, quizá el mejor elixir del conocimiento. Se lee para vivir mejor. No se debe vivir para leer. Así se invertiría el beneficio saludable que nos proporciona un hábito lector. La tópica expresión “los libros nos hacen libres” es cierta, siempre y cuando no sacrifiquemos por la lectura el tiempo que debemos dedicar a la familia, a los amigos, al descanso, a la actividad física… Cada devoción tiene su tiempo, y cada tiempo su obligación. Busquemos siempre el término medio que es donde siempre habita la verdad y la virtud, y huyamos de cualquier esclavitud por muy atractiva que esta nos parezca. Por supuesto que para ser un buen lector también hay que huir de la telaraña que supone la comodidad. Leer requiere un esfuerzo superior al que se necesita para ver la televisión, pero la recompensa que nos da un libro es muy superior a cualquier otra cosa.
Según las estadísticas cada vez se publican más títulos, las librerías renuevan sus escaparates cada vez más pronto y las ventas de libros producen suculentos beneficios para las grandes firmas y editoriales, en detrimento de los pequeños, como siempre en la historia del pez. Es raro el hogar español que no tiene algún libro en las estanterías del salón de estar. Otra cosa diferente es el número de libros que nos leemos al año. La lectura debería ser un punto de encuentro y debate en las familias, un tema sobre el que dialogar en la sobremesa y a la hora del té. La lectura es un acto solitario pero también colectivo. La lectura construye al individuo pero también hace grupo.
Leer es vivir otras vidas que jamás podremos ser materialmente hablando. Leer es también soñar. Leer es apreciar el pasado pero también conquistar el futuro. Leer es disfrutar del presente. Leer es tener otros pensamientos que nosotros jamás tendríamos si no existieran los vasos comunicantes de la lectura. Leer es compartir, es solidarizarse, es luchar. La lectura debe considerarse como un proceso de libertad, una puerta que abre a la auténtica revolución desde el interior de cada persona, no una esclavitud dirigida al consumismo voraz y autómata del bibliófilo. Abrir un libro, saborear ese olor a tinta recién impresa y a papel recién cosido nos ayuda a vencer el tedio, a conquistar la monotonía dispersándola entre renglones llenos de aventura, a huir de la ignorancia y la soledad a lomos de un sueño que por imposible que sea está al alcance de la mano, a ser felices por lo menos mientras nos lo permita el argumento, a rechazar el fanatismo absurdo y estéril de la cabeza rapada y hueca, a no sucumbir por la depresión o cualquier otro fantasma encantado que se ahuyenta con un simple pasar de hojas y un batir de letras, a vivir con los pies en el suelo y a tener una cabeza llena de pájaros.
Cuando uno abre un libro lo hace esperando habitar otros mundos (o habitar este pero de otra manera si es posible), recorrer otros universos, vivir otros cuerpos, volar otros cielos, surcar otros mares. Abrir un libro (sea el que sea) es como cerrar una herida para siempre. La lectura no es la panacea de los problemas que padece nuestro planeta, pero si nuestra gente leyera más, seguramente que muchos no existirían y otros estarían en vías de solución. Por que sólo lo que se piensa es posible que algún día suceda. Leer hace que los hombres estemos en mejor disposición de aplicar la justicia y la solidaridad, de conocernos mejor a nosotros mismos, de entender la historia y de confiar más en el prójimo. Saber leer nos ayuda a ser más dueños de nuestro presente y también más protagonistas de nuestro futuro. Si aprendemos a leer estaremos mejor preparados para evitar que nos engañen. Mucha gente dice que el racismo (y otras sinrazones similares) se cura viajando, yo digo que también leyendo, aunque la lectura también puede entenderse como otra forma de viajar sin moverse del sitio, a través de la mente y su magia. Por que la lectura de un libro es subir un peldaño más en el proceso evolutivo de la especie y también del individuo. La lectura nos iguala al alza y no a la baja como la mediocre costumbre de la titulitis o la televisión basura.

Leer es meditar, es hablar con uno mismo pero también con Dios, con el Supremo Arquitecto que sustenta todo lo creado. Leer es comenzar a construir un edificio. La lectura es el verdadero vehículo de la revolución, por eso los que tienen el poder siempre han quemado libros y han intentado controlar publicaciones y promociones. Por eso se encarcelan a escritores y periodistas. Por eso hubo, hay y habrá autores perseguidos e ignorados. Hoy no hay peor censura que el imperio publicista de los best-sellers y la manipulación mediática de las modas. No interesa que la gente sea libre y consciente para poder elegir, para poder ser. No interesa que los individuos se hagan mayores de edad y sean dueños de su destino, ya que serían menos manipulables. Hoy no se queman los libros, simplemente se dejan de editar, no se les hace publicidad o desaparecen de las estanterías de librerías y bibliotecas. Simplemente no aparecen reseñas en las revistas especializadas y en los suplementos literarios de los periódicos. Es más refinada y perversa la censura de hoy en día. Por que no se nota, por que pasa casi desapercibida y a todos nos deja indefensos. Aprender a leer es aprender a vivir y aprender a elegir. La lectura nos hace humanos pero también divinos. Si falla la lectura la humanidad entera está condenada al fracaso. Si cada ser humano se convierte en un lector es posible que algún día el futuro de la humanidad sea distinto, alejado de guerras e injusticias.
Cualquier esfuerzo es poco para fomentar la lectura. Están muy bien todas las campañas publicitarias emitidas en los medios de comunicación de masas, las ferias del libro, incluso hasta sería conveniente por qué no, crear la hora feliz en todas las librerías del país, donde si compras un libro te regalan otro de las mismas condiciones. Además podían tomar nota editoriales y libreros y bajar el precio de los libros. Ya que deberían considerarse un bien de primera necesidad lo mismo que el pan. El mejor beneficio de la lectura es que hace personas, sana el espíritu y fortalece la voluntad. Pero un lector no se hace de golpe y porrazo. Una sociedad que no lee es una presa fácil para la barbarie y la dictadura, sea del signo que sea. El dictador generalmente lee poco, habla mucho y no escucha nada. Por el contrario el lector se hace poco a poco, con la colaboración de todos (escuela, familia y sociedad) y desde edades tempranas. Los libros son los mejores defensores de la democracia. En ellos se guardan las esencias más valiosas de la Humanidad y también sus peores defectos. Si la Humanidad leyera más, aprendería a no repetir los mismos errores, a no ser víctima otra vez de su pasado.
Leer nos hace iguales pero también diferentes, genuinamente diferentes, solidariamente iguales. Sin lugar a dudas podemos afirmar que somos lo que comemos, lo que escuchamos, lo que decimos, lo que tocamos, lo que pensamos… pero también somos lo que leemos. Debemos por tanto aprender a elegir, a seleccionar nuestras lecturas, a buscar entre todos los libros el libro que necesitamos en cada momento. Y eso es una tarea difícil que se aprende con la práctica. Cada libro tiene una música y un silencio. Por desgracia no podemos leerlo todo así que, a un buen lector también le guía su olfato, y sabe qué tiene que leer dos veces y qué ninguna. Nunca dejemos que sean otros los que eligen por nosotros, por que ahí se esconde la censura más siniestra y destructiva. Que nada ni nadie se interponga entre tu libro y tú. Hoy así es como controla y funciona la censura, con programas, con mecenazgos teledirigidos, con revistas, con críticas y opiniones, con listas de los más vendidos… que nos meten por los ojos unos títulos y nos esconden otros sin que nos demos cuenta, como por arte de birlibirloque. Ningún libro debería estar prohibido, ningún autor perseguido. Los libros nos hacen libres, y también esclavos. Y la libertad del lector a la hora de abrir las páginas de un libro es la base de las demás libertades de cualquier sociedad moderna y democrática. La libertad del lector es el único futuro que nos puede salvar de la barbarie y del fanatismo.
Es bueno y necesario que los hijos e hijas vean a madres y padres con un libro entre las manos. La mayoría de lo que aprendemos lo hacemos por imitación. La lectura corrige desigualdades. Nos prepara y fortalece para prevenir y afrontar manipulaciones. La lectura es un alimento necesario para el crecimiento. En cualquier época del año, pero especialmente en vacaciones, el libro es un buen compañero de viaje. De día o de noche, en la montaña o en la playa, en casa o en el apartamento, en la cafetería o en el chiringuito, en el coche, en el aeropuerto o en el metro, en la cama o en el cuarto de baño… siempre podemos encontrar un momento idóneo para leer. No valen las excusas. Los mayores somos el espejo en el que se miran los más pequeños. Un buen equipaje para vacaciones es aquel que empieza por meter un libro en la maleta. Cuando llega septiembre mucha gente nos apuntamos a un gimnasio para cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud. Si fuésemos conscientes de la eficacia sanadora de los libros, seguro que también nos sacaríamos el carnet de alguna biblioteca pública. Si los libros los recetasen los médicos y se vendieran en farmacias quizá otro gallo cantaría. Los libros también ayudan a nuestra salud. Lleva una vida sana, ponte una dieta equilibrada, practica un deporte y lee. Y comparte con los demás tus lecturas. No lo dejes para cuando sea demasiado tarde.

Autor Custodio Tejada

domingo, 9 de agosto de 2009

POÉTICA DE LOS CUATRO ELEMENTOS: NOSOTROS LOS POETAS



POÉTICA DE LOS CUATRO ELEMENTOS:
NOSOTROS LOS POETAS


Desde Homero para acá
todo se ha dicho,
todo está escrito.
A lo único que podemos aspirar los poetas
es a recrear de nuevo el mundo, una y otra vez
hasta el final de los tiempos.
Nuestra máxima conquista reside
en decir con las mismas palabras
otras músicas, otros redobles que anuncien
el más difícil todavía, otras maneras delicadas
de anunciar lo mismo con una luz diferente.
Somos poetas para salvar la palabra del olvido,
del musgo y la telaraña,
para dibujar con letras el silencio a gritos de la creación.
Somos poetas que levantan acta del sacrificio y la gloria
que supone vivir con la voz a cuestas.
A lo sumo, y después de mucho escuchar,
sólo podemos redescubrir un alfabeto caprichoso
e inventar así otro idioma dentro del mismo idioma,
otro lenguaje sísmico que nos devuelva la frescura y el ingenio
que la costumbre nos arrebata por el camino.
Levitamos en cada letra,
en cada coma nos atrincheramos
buscando con ahínco
una metáfora brillante,
un verso que contenga toda la fragancia de las horas.
Buscamos el mágico renglón de la historia
que antes nadie lo haya escrito.
-Agua Fuego Tierra y Aire-.
Detener el tiempo en el vaivén
de los cuatro elementos,
como un milagro en forma de oración.
Nada más y nada menos
esta es la salvación suprema a la que aspiramos.

Igual que tú, estimado lector,
yo también deduzco
que la Poesía
es la música imprescindible del Universo,
el sonido perfecto,
la magia de Dios hecha verbo,
una antorcha encendida
que ilumina en la oscuridad del pensamiento.
Los poetas vamos y venimos
de un verso a otro verso
buscando el término exacto
que reinvente la creación de cabo a rabo.
Como si el poeta fuera
un atrapasueños,
un atrapaversos,
o el último héroe de ficción.

El poeta pretende que por su boca
hablen las piedras y las raíces,
el elefante y el insecto.
Quiere que por su boca
hablen todos los hombres
que no tienen voz ni conciencia
para poder quejarse,
para poder sublevarse.
Sí, el poeta habla en nombre de todos
y en el suyo propio.
En nombre del asfalto
y también de la veleta.
Y por ti también habla. Y calla,
esta vez en nombre
de los que hablan demasiado
hasta el aburrimiento.
Y bendice y perdona y olvida,
y escupe y vomita,
acaricia y ensalza, y desprecia.
Y por supuesto, ama.
Por su boca habla el fuego y la lluvia,
la tormenta y el rayo,
y el trigo azotado por el viento
a la espera de una bandada de pájaros.
Por su boca gritan el hielo de la Antártida
y los árboles del Amazonas.
Por su boca susurran la lombriz
y la libélula,
el ocaso y la hojarasca,
la galaxia y el cometa.
Su garganta es un coro divino
en el que la creación entera canta,
cuadriga dorada
que el sabio Cosmos conduce
en búsqueda constante de La Palabra.


Autor Custodio Tejada

viernes, 7 de agosto de 2009

PAZ Y AMOR


PAZ Y AMOR

Cualquier día es bueno para crear un blog. Aunque hay días con más encanto que otros. Con los meses pasa tres cuartos de lo mismo. Agosto, de entre los meses del año, es el más especial de todos. Cuando nace un blog una bandada de Perseidas atraviesa el firmamento del abecedario. Mil deseos vuelan por aire como fulanicos de viento en busca de una botella de cristal errante. Allí, el mar de los sueños se transforma en una nube de utopías y en un suelo firme de voluntades.
Anoche, como un argonauta del universo, escudriñé los confines del cielo buscando un ramillete de estrellas fugaces a las que poder encomendar un sin fin de buenos deseos.
Todos los años, por Agosto, el cielo se viste de luces y nos regala una mágica lluvia de estrellas, también llamadas Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Igual que las partículas de polvo cósmico entran en la atmósfera terrestre y se desintegran brillando en su caída, del mismo modo sucede con las letras y las imágenes que circulan en los blogs. Aunque duran un instante su belleza llega a ser sublime.
Recuerdo que, desde muy niño, muchas noches de Agosto permanecía despierto hasta altas horas de la madrugada sólo para mirar el cielo. Desde el balcón de mi casa se podía ver con bastante claridad la lluvia de estrellas. Nunca me cansé de pedir mil deseos mientras duraba su efímero resplandor. Cuando tropecéis con alguna estrella fugaz no dudéis en solicitarle con respeto y cariño un puñado de deseos. Seguro que alguno os concede.
Hoy les pido y les deseo Paz y Amor a todos los ojos (esféricas Perseidas) que lean estas letras, y que como yo, todavía sigan creyendo en la magia de las estrellas fugaces.

Autor Custodio Tejada